Nutrición moderna

La nutrición moderna nace a partir de los años 90, resultado de la toma de conciencia de que llevar una mala alimentación equivale a restar años de vida y a vivirlos de peor manera. Resalta los beneficios de una alimentación sana, natural, ecológica, en lugar de aquellos obtenidos por una alimentación propia de la sociedad de consumo.

A través de ella, se une el conocimiento sobre el funcionamiento del metabolismo a las interacciones de los nutrientes absorbidos y al perfil funcional y constitucional de cada persona, con la finalidad de mejorar la salud y ofrecer una nutrición personalizada.

Por ejemplo, estudios científicos alertan sobre los requerimientos del ácido graso esencial omega 3, en especial de la fracción de DHA, como alimento indispensable para el buen crecimiento y desarrollo cerebral en las primeras etapas de la vida, pero también para la prevención del deterioro cognitivo en enfermedades neurológicas degenerativas como el Alzheimer.

Diversos estudios ponen en evidencia que la cúrcuma, actúa como un potente antiinflamatorio, antioxidante y estimulante de la detoxificación hepática. Otros ejemplos y estudios científicos modernos, abogan por mantener unos niveles elevados de Vitamina D, para aumentar la función inmunitaria de los macrófagos, es decir, mejorar la inmunidad, así como ayudar al funcionamiento cerebral, y al metabolismo de absorción del calcio para el fortalecimiento de los huesos. También ciertos fitoquímicos (ashwagandha, té verde, cardo mariano… ricos en diferentes antioxidantes…) activan mecanismos internos de protección celular.