LA SALUD DEL SISTEMA DIGESTIVO

Una buena digestión es fuente de vitalidad

Miércoles, 3 Mayo, 2017 - 18:53

 

El alimento como energía

Tener suficiente vitalidad requiere comer de forma apropiada cada día, para que la energía de los alimentos se traduzca en suficiente reserva energética, una correcta armonía física, mental, sexual, intelectual, etc. Todo ello, cuidando de aportar los nutrientes adecuados a nuestro patrimonio orgánico y nuestra estructura biológica, y teniendo en cuenta la relación de cada alimento tanto con el proceso de la digestión en su conjunto, como con cada uno de los órganos básicos que intervienen en ella.

El sistema digestivo y las emociones

La alimentación también tiene una relación interesante con nuestra parte emocional. Existe una tendencia a pensar que el sistema digestivo es un sistema menor, o, al menos, no tan importante para nuestros procesos psicológicos como, por ejemplo, el sistema nervioso (que, a primera vista, se suele relacionar antes con la faceta emocional de las personas). No obstante, y según el principio del Yin y el Yang y el equilibrio de los contrarios, siempre se cumple que, cuanto mayor es la cara de algo, mayor será también su reverso.

De ahí que, justo lo que parece más prosaico (el sistema digestivo), es precisamente aquello que mayor incidencia ejerce en la calidad de nuestras emociones, pensamiento y concentración mental.

Sin energía no hay tono emocional, ni autoestima, ni capacidad para gestionar situaciones difíciles…

Dado que cada órgano del cuerpo está relacionado con distintas emociones positivas y negativas, su buen funcionamiento va a procurar una vida emocional sana. Además, si mantenemos realmente en forma nuestro aparato digestivo, podemos decir que prácticamente el resto de nuestro organismo funcionará solo.

Sin embargo las dolencias digestivas están muy extendidas: gases, digestiones lentas, acidez, estreñimiento, heces blandas, problemas hepáticos… La astenia, la lentitud mental, la tendencia más o menos depresiva, el abatimiento o la irritabilidad (por poner algunos ejemplos) van con ellos.

 

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